El envejecimiento de la población redefinirá el talento, la productividad y la formación en las empresas. ¿Las empresas están listas para esto?
El envejecimiento de la población es un fenómeno global que transformará el mundo del trabajo en las próximas décadas, y la realidad es que poco se ha hablado del tema. Para las empresas, empezar a adaptarse a este nuevo escenario ya es una necesidad concreta, sin embargo, se ha convertido también en una oportunidad para fortalecer su resiliencia, promover la inclusión y mantenerse competitivas.
En este contexto, los profesionales de HR. juegan un papel clave. Con una fuerza laboral cada vez más diversa en términos de edad, las empresas enfrentarán nuevos desafíos, desde la retención del talento hasta la redefinición de modelos de trabajo y estrategias de capacitación.
Según la Organización Mundial de la Salud, la proporción de personas mayores de 60 años en el mundo casi se duplicará hasta 2050, pasando del 12% al 22%. Esto significa que más generaciones compartirán el mismo espacio de trabajo, con equipos donde jóvenes que recién inician sus carreras colaborarán con profesionales de 80 años o más.
El impacto de estos cambios, sin embargo, va más allá de la convivencia intergeneracional. A medida que disminuya la cantidad de trabajadores jóvenes, las empresas dependerán cada vez más del talento senior para sostener su productividad y crecimiento. En países como el Reino Unido, por ejemplo, el empleo en el grupo de 50 a 70 años ha aumentado en la última década, y la edad de jubilación seguirá en ascenso.
Ante esta transformación del mercado laboral, las empresas deben preguntarse cómo atraer y retener talento en un entorno donde la edad ya no es un factor limitante y qué estrategias pueden implementar para asegurar que todos los trabajadores sigan siendo productivos y estén preparados para los desafíos tecnológicos.
Un estudio reciente del British Standards Institution reveló que la flexibilidad y los incentivos financieros son factores clave para que las empresas se adapten con éxito a una fuerza laboral envejecida. Esto implica consolidar los modelos de trabajo flexibles que surgieron tras la pandemia y diseñar esquemas que se integren de manera fluida en la vida de los empleados.
Para los trabajadores mayores, en particular, la flexibilidad no es solo una ventaja, sino una necesidad. Muchas personas en este grupo tienen responsabilidades de cuidado o necesidades de salud específicas, por lo que políticas como el trabajo híbrido, las jornadas reducidas o los permisos especiales pueden marcar una gran diferencia en su permanencia y desempeño laboral.
La capacitación continua es otro pilar fundamental en este nuevo contexto. Según el mismo estudio, la formación, el reciclaje profesional y la actualización de habilidades son esenciales para garantizar carreras laborales satisfactorias y adaptadas a un mundo en constante cambio.
Con la transformación digital acelerándose, tecnologías como la inteligencia artificial están redefiniendo las dinámicas de trabajo. Para las empresas, esto significa que no solo deben atraer talento joven con competencias digitales, sino también brindar oportunidades de formación a los trabajadores senior. Programas de retención y "returnships, iniciativas diseñadas para ayudar a los empleados a reinventarse o reinsertarse en el mercado laboral, serán claves para aprovechar al máximo la experiencia y conocimientos de este grupo.
Uno de los desafíos más grandes que enfrentan los trabajadores de mayor edad es la brecha en competencias clave, como el dominio de idiomas. En un mundo globalizado, hablar una segunda lengua es cada vez más necesario, pero muchos profesionales senior no tuvieron la oportunidad de aprender idiomas durante su formación y hoy encuentran barreras para acceder a nuevas oportunidades laborales.
Invertir en programas de enseñanza de idiomas dirigidos a empleados de todas las edades promueve la inclusión y permite a las empresas aprovechar el conocimiento y la experiencia de profesionales con una larga trayectoria. Además, ofrecer capacitaciones personalizadas para este grupo puede marcar la diferencia en su capacidad de adaptación y en su confianza para enfrentar nuevos desafíos.
Garantizar que todos los trabajadores, sin importar su edad, tengan acceso a oportunidades de aprendizaje continuo y formación profesional es una estrategia fundamental para la sostenibilidad y el crecimiento de las organizaciones en el futuro.