Generar un ambiente en el que los talentos se sientan valorados y motivados a quedarse es una cuestión estratégica.
Los profesionales que han tenido la oportunidad de trabajar en distintas empresas a lo largo de su trayectoria lo saben muy bien. Existen dos tipos de empresas: las que atraen y retienen a sus talentos, y las que los alejan. A primera vista, puede parecer algo complejo. Incluso da la impresión de que las empresas que tienen éxito en la atracción y retención de talentos hacen cosas extraordinarias para lograr este estatus. Pero en la práctica, no es tan así.
Todos sabemos que factores como la cultura organizacional, el liderazgo y la experiencia de los empleados impactan directamente en la retención y atracción de talento. Sin embargo, parece que no todas las empresas saben cómo gestionarlos de la manera correcta. Y lo cierto es que la marca empleadora tiene muy poco que ver con oficinas de lujo con paredes de vidrio en el centro de la ciudad, salas de juegos, snacks gratis o pizza para quienes se quedan después del horario laboral. Se podría decir que, incluso, el salario y los beneficios no son el factor determinante, ya que muchas empresas suelen perder talentos a manos de otras que ofrecen más ventajas en este sentido.
Pero si no se trata solo de beneficios tangibles, ¿qué es lo que realmente pesa en la decisión de los profesionales? La respuesta está en cómo una empresa los hace sentir. Cuando un empleado se siente escuchado, respetado y ve oportunidades reales de crecimiento, su nivel de compromiso aumenta. Por el contrario, un entorno tóxico, sin reconocimiento ni posibilidades de desarrollo, lleva a la insatisfacción y, tarde o temprano, a la rotación de personal.
Retener talentos vs. alejar talentos
Un buen sueldo, un paquete de beneficios atractivo y una oficina estéticamente agradable pueden ser elementos decisivos a la hora de atraer talentos, pero no suelen ser lo que los hace elegir, cada día, continuar en la empresa. Para retenerlos, factores como un clima organizacional positivo, la transparencia, la comunicación y la autonomía en el trabajo son clave.
Los profesionales con una larga trayectoria ya han entendido que un sueldo alto no compra tiempo libre de calidad ni paz mental. Un ambiente que exige horas extras excesivas (muchas veces no pagadas), con sobrecarga de trabajo, micromanagement, falta de organización y problemas de comunicación interna difícilmente se compensa con un buen salario. Quizás sucedía en el pasado, pero desde hace algunos años, las nuevas generaciones de profesionales están diciendo no a este estilo de vida.
Tan claro es este cambio que han surgido nuevos términos para describir a las personas que simplemente no aceptan malas condiciones de trabajo, como el Quiet Quitting, que quiere decir trabajar solo lo necesario y no aceptar responsabilidades adicionales sin compensación. Este fenómeno es una señal de que los empleados ya no priorizan únicamente la estabilidad económica, sino también su bienestar emocional y profesional.
Estrategia organizacional para retener talentos
La retención de talento es, en esencia, una cuestión de estrategia organizacional. Las empresas que no estructuran trayectorias de crecimiento y desarrollo profesional corren el riesgo de perder a sus mejores talentos frente a organizaciones que ofrecen un entorno más saludable, transparente y bien estructurado.
Las compañías más admiradas en los rankings de las mejores empresas para trabajar no alcanzaron esos puestos por casualidad. Han construido estrategias continuas para fortalecer su cultura organizacional, asegurando que la experiencia interna sea tan sólida y positiva como la percepción externa de su marca empleadora.
Una cultura organizacional fuerte no solo impacta en la permanencia de los empleados, sino también en su nivel de productividad y satisfacción. Cuando los colaboradores sienten que forman parte de un propósito mayor, su compromiso crece y se convierten en embajadores naturales de la empresa. En un mundo donde el talento es cada vez más selectivo, las organizaciones que realmente entienden el valor de las personas son las que logran destacarse y mantenerse en el tiempo.
Las empresas que logran atraer y retener talento a largo plazo entienden que un buen salario y beneficios atractivos son solo el punto de partida. Lo que realmente marca la diferencia es un ambiente de trabajo que fomente el crecimiento, la autonomía y el bienestar de sus empleados. Al final del día, los profesionales eligen quedarse donde se sienten valorados y motivados a crecer.
