Este tipo de enfoque no solo aumenta la adhesión, sino que también mejora la retención de conocimiento.
Todos sabemos que la pandemia ha cambiado para siempre la forma en que trabajamos y aprendemos. Las metodologías virtuales e individualizadas de trabajo, de comunicación y de aprendizaje pasaron a tener múltiples ventajas por sobre otras modalidades. En los últimos años, quedó comprobado que este tipo de enfoque no solo aumenta la adhesión de las personas, sino que también fortalece la cultura organizacional, mejora la retención de conocimiento y promueve un ambiente de trabajo más inclusivo y colaborativo. Sin embargo, la efectividad de estas metodologías de trabajo y, sobre todo, de aprendizaje, suele depender de muchos factores.
Hoy en día, la clave para la resiliencia empresarial, especialmente en tiempos turbulentos, es centrarse en desarrollar a su gente y anclar su cultura en la curiosidad y el aprendizaje continuo. Los líderes exitosos alientan a sus empleados a pensar de manera diferente, buscar perspectivas diversas y desafiarse unos a otros de manera productiva. En otras palabras, hoy las personas están en el centro de las oportunidades. Ya seas un líder de negocios, recursos humanos o de tecnología, invertir en las habilidades de sus equipos siempre será la palanca más estratégica e impactante que puedes tener.
En este contexto, la innovación juega un papel fundamental para maximizar las metodologías virtuales e individualizadas, especialmente para el aprendizaje. Los empleados nativos digitales de hoy (de 20 a 35 años) esperan un aprendizaje basado en elementos y principios interactivos para hacer que la experiencia sea más atractiva y motivadora. Pero simplemente disponer de juegos, materiales multimedia y exceso de información no es suficiente.
Interactividad: el motor del aprendizaje
El aprendizaje interactivo implica una participación activa por parte de los empleados en su proceso de formación. A través de actividades prácticas, discusiones en grupo, simulaciones, juegos y otros métodos participativos, las personas no solo absorben información, sino que también la internalizan y comprenden cómo aplicarla en su día a día laboral.
Este enfoque no solo es más efectivo que las simples conferencias, los cursos on-demand, o las lecturas pasivas, sino que también estimula el pensamiento crítico y la resolución de problemas, habilidades esenciales en el entorno empresarial moderno. Un aprendizaje efectivo exige más de las personas, las saca de su zona de confort y las pone en situaciones en las cuales necesita utilizar el conocimiento adquirido para poder manejarlas exitosamente.
Humanización del aprendizaje: el toque personal
Ahora bien, de nada sirve ofrecer toda la interactividad del mundo si no hay nadie acompañando a las personas en su proceso de aprendizaje. En este sentido, el aspecto humano en el proceso de capacitación es fundamental. Los empleados no son simplemente receptores de información, son individuos con experiencias, emociones y necesidades únicas. Al humanizar el aprendizaje, las empresas reconocen y valoran la diversidad de sus equipos, adaptando el proceso para satisfacer las distintas formas de aprender y los intereses de las personas.
En este contexto, podemos usar nuestro propio ejemplo. En Nulinga, además de ofrecer una plataforma moderna e interactiva en nuestras clases de idiomas, también contamos con docentes en vivo apoyando a los estudiantes y direccionando el contenido del curso. Es muy importante que, mientras aprenden, las personas puedan sacar sus dudas en tiempo real y tener un proceso de aprendizaje adaptado a su propia experiencia. Y es por eso que el completion rate de cursos on-demand no suele superar el 15%, mientras que cursos con tutores en vivo pueden llegar a 80%.
En un mundo empresarial caracterizado por la rápida evolución y la competencia constante, invertir en un aprendizaje interactivo y humanizado es más que una estrategia, es una necesidad. Las empresas que priorizan el desarrollo integral de sus empleados no solo se posicionan para prosperar en el presente, sino que también construyen las bases para un futuro sólido y sostenible. Al centrarse en la interactividad y la humanización, las organizaciones pueden transformar sus programas de capacitación en motores de crecimiento, innovación y éxito a largo plazo.
