Estudios muestran que muchos líderes están exigiendo la vuelta del personal a las oficinas tras tres años de pandemia.
Luego de tres años del comienzo de la pandemia y de la adhesión masiva a la modalidad de home office, muchas compañías quieren que la gente vuelva a la oficina. Los empleados, sin embargo, parecen estar lejos de querer renunciar a la flexibilidad que han ganado. Esta es la realidad que algunas compañías vienen enfrentando en los últimos meses y que deberá ser tema de muchos debates este año.
Un estudio realizado por la plataforma Fiverr confirma esta tendencia: dos tercios de los ejecutivos entrevistados quieren que sus empleados vuelvan a trabajar en la oficina a tiempo completo. Entre las razones se encuentran factores como la creencia de que las personas están más motivadas cuando saben que están siendo vigiladas por sus superiores y la intención de que los empleados reduzcan el tiempo de los descansos. En la misma encuesta, el 42% de los empleados dicen que considerarían renunciar si se vieran obligados a regresar a la oficina.
VMware presentó resultados similares en su nuevo estudio. Un 48% de los encuestados afirmaron que su empresa es más innovadora si los empleados acuden a la oficina. Sin embargo, el 85% de los empleados dice conseguir una mayor satisfacción laboral si pueden trabajar desde el lugar que elijan. Además, un 56% afirma contar con más moral, creatividad y colaboración en sus equipos que antes de la pandemia.
Líderes en contra del home office
A principios del año pasado, David Solomon, CEO de Goldman Sachs, uno de los bancos más grandes del mundo, declaró que quería que sus empleados regresaran a la oficina de Estados Unidos. En 2021, ya había llamado al trabajo remoto una “aberración”. Luego, con el fin del aislamiento social, insistió en la importancia de retomar su rutina de oficina, fundamental, según él, para mantener la cultura y la colaboración que harían del banco un lugar único para trabajar.
Dos semanas antes del reinicio de las actividades presenciales, los empleados fueron notificados del cambio. Sin embargo, el primer día solo la mitad de las personas se presentó. El mensaje fue claro: muchos no estaban satisfechos con la postura del CEO.
Algo muy similar hizo el empresario Elon Musk, al plantear que el home office "ya no es aceptable", y que en Tesla sus empleados deben pasar al menos "40 horas a la semana en la oficina". Algo que repitió en Twitter luego de adquirir la plataforma. Y si la actitud fue similar a la de Salomon, el resultado no podría haber sido distinto: la mayor parte de los empleados estuvo en desacuerdo.
La flexibilidad todavía es la elección de algunas empresas
Aunque muchos líderes no pueden acostumbrarse a la idea de que el home office es la alternativa que mejor funciona para gran parte de las personas, otros no solo lo adoptaron permanentemente, sino que sumaron a eso aún más flexibilidad. Brian Chesky, CEO de Airbnb, concluyó que para contratar y retener talentos, la adopción del “live and work anywhere” era clave. Desde 2022, esta es la modalidad oficial en la que Airbnb se maneja.
Tobi Lutke, CEO de Shopify, fue más lejos: además de permitir que los empleados trabajen desde cualquier lugar, este año también decidió limitar las reuniones. Los meetings recurrentes con más de dos personas a partir de ahora están cancelados y los empleados tienen total libertad para rechazar invitaciones y desconectarse de los grandes grupos de chat internos.
Es cierto que cada empresa es libre para tomar sus decisiones estratégicas, sea eligiendo una modalidad totalmente presencial, híbrida o el “work from anywhere”. Pero también es cierto que la oferta de trabajo remoto en todo el mundo no para de crecer, y las personas que no quieren renunciar al home office - que resultan ser la mayoría - están libres para elegir en dónde trabajar. Con la popularidad del “trabajo global”, la ventaja es de los profesionales.
