El síndrome de boreout: cuando el aburrimiento se convierte en un problema

El aburrimiento y la monotonía en el entorno laboral afectan negativamente la productividad y son una de las principales causas del turnover en las empresas.

Tras la creciente atención hacia el síndrome de burnout en los últimos años, cuando muchos profesionales empezaron a experimentar daños psicológicos (e incluso físicos) debido al estrés laboral excesivo, ahora otro fenómeno está emergiendo en el contexto corporativo: el síndrome de boreout. A diferencia del burnout, el boreout se refiere al problema que surge cuando afrontar la jornada laboral se convierte en un infierno al tratar de lidiar contra el aburrimiento y la falta de estímulo. Como su nombre sugiere (bored, aburrido en inglés), este síndrome empieza a dar señales cuando los profesionales no se sienten desafiados o al menos motivados con su trabajo.

El síndrome de boreout puede afectar a profesionales de diversas áreas y niveles jerárquicos. Sin embargo, es más común en empleados sobrecalificados que realizan tareas que demandan muy poco de sus conocimientos y habilidades. También suele presentarse en ocupaciones repetitivas, donde las actividades diarias son rutinarias y carentes de variación. Otro escenario propicio para el boreout es aquel en el que los empleados han estado durante años en la misma posición, con los mismos compañeros y realizando las mismas tareas, sin nuevas perspectivas ni cambios.

Los principales desencadenantes del síndrome de boreout

Aunque todavía no recibe la atención que merece, el síndrome de boreout puede impactar negativamente la motivación y el bienestar psicológico de los empleados, provocando una baja en la productividad, un ambiente laboral tóxico y, en particular, una alta rotación de personal. Por ello, es fundamental identificar sus principales desencadenantes para poder combatirlo. Estos suelen ser algunos de ellos:

Tareas poco desafiantes o monótonas

Cuando las responsabilidades laborales no ofrecen desafíos intelectuales ni oportunidades para aprender, los empleados pueden sentirse desmotivados y desconectados de su trabajo.

Falta de carga laboral

Tener muy poco trabajo o no recibir asignaciones importantes genera una sensación de inutilidad. La inactividad prolongada puede llevar a la frustración y a la pérdida de interés en el trabajo.

Falta de propósito o significado

No encontrar sentido en las tareas realizadas, o sentir que el trabajo no tiene un impacto real, puede alimentar el boreout. Los empleados necesitan saber que sus esfuerzos contribuyen a un propósito mayor.

Escasas oportunidades de desarrollo profesional

Si un empleado no tiene oportunidades de crecimiento o de asumir nuevas responsabilidades, puede experimentar estancamiento y aburrimiento.

Ambiente laboral poco estimulante

Un entorno laboral que carece de dinamismo, interacción social o colaboración puede aumentar el aislamiento y la insatisfacción.

Subutilización de habilidades

Cuando las habilidades y capacidades de un empleado están muy por encima de las exigencias de su puesto, es fácil que se sienta subvalorado y aburrido.

Cómo evitar el síndrome de boreout en el ambiente de trabajo

Para evitar el síndrome de boreout, es clave fomentar un entorno que promueva la motivación, el desarrollo personal y el sentido de propósito. Dependiendo del tipo de trabajo, área e industria, puede ser un desafío implementar estrategias que prevengan la monotonía, pero algunas iniciativas pueden ayudar:

Asignar tareas desafiantes y variadas

Los empleados deben tener acceso a proyectos que estimulen su creatividad y pensamiento crítico. Variar las responsabilidades ayuda a mantener el interés y la motivación.

Fomentar la participación en la toma de decisiones

Involucrar a los empleados en la planificación o en la resolución de problemas puede aumentar su sentido de responsabilidad y propósito. Sentir que su voz es importante es clave para evitar la desmotivación.

Ofrecer oportunidades de desarrollo profesional

Facilitar la formación continua, capacitaciones y la posibilidad de asumir nuevos roles o responsabilidades puede evitar que los empleados sientan que se están estancando.

Promover la autonomía

Ofrecer flexibilidad y permitir que los empleados gestionen su propio trabajo de acuerdo a sus fortalezas y ritmo puede aumentar la satisfacción laboral. La autonomía les da un sentido de control y responsabilidad sobre su desempeño.

Fomentar la colaboración y la interacción social

Crear un ambiente de trabajo donde se valore la interacción entre colegas y la colaboración en equipo puede hacer que el día a día sea más dinámico y menos monótono.

Reconocer y valorar los logros

Reconocer el esfuerzo y los logros de los empleados, tanto grandes como pequeños, ayuda a crear un entorno positivo y refuerza el sentido de valor personal.

Rotación de tareas y proyectos

Permitir que los empleados participen en diferentes proyectos o departamentos puede ser una manera efectiva de mantener su interés y aprendizaje constante.

El síndrome de boreout nos recuerda que no siempre es el estrés lo que mina el bienestar laboral. La falta de estímulo y de sentido en las tareas también puede ser igualmente dañina. En un mundo corporativo que valora la eficiencia y la productividad, debemos reconocer que el aburrimiento puede ser tan peligroso como el agotamiento. Prevenirlo no solo es una cuestión de mantener a los empleados comprometidos, sino de construir entornos laborales donde la creatividad, el desarrollo personal y el propósito ocupen un lugar central. Solo así se puede fomentar una cultura laboral que equilibre el desafío con la satisfacción.

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